Llevado por las circunstancias y para tratar de proteger a su adorada Amelia, Mike se convierte en un experto ladrón de cajas fuertes. En realidad él no elige víctimas ni es el cerebro de ninguna operación, simplemente abre las cajas, tiene un don.
A lo largo de la trama nuestro chico conoce a diferentes personajes relacionados con el mundo de la delincuencia, el engaño y el robo y es testigo mudo de escenas peligrosas, desagradables a veces pero en las que él realmente no ha elegido estar, simplemente se vio obligado a entrar en este mundo, ni siquiera era consciente de dónde se metía y no tuvo elección.
La idea de que el protagonista no pueda hablar lo hace muy interesante, ya que él se hace entender de otras formas, como a través de los cómics, que tienen mucha importancia a lo largo de la historia.
El argumento está bien, el personaje principal es interesante, pero el problema está en que es muy repetitivo, con que explique un par de veces cómo se abre una cerradura o un candado está bien, no es necesario que entre tanto en detalle cada vez que abre uno, la verdad es que con los pernos y las levas se hacen muy pesadas estas escenas.
¿Lo recomiendo? Sí, pero no con mucha efusividad, porque aunque el argumento está muy bien a mí personalmente me cansó un poco con tanta explicación pormenorizada.
Voy a darle un 7.
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